Dina, la muerte de un gigante mexicana
Grupo Dina, empresa mexicana que en su momento llegó a emplear a más de
3 mil personas directa e indirectamente en el mundo, hoy se encuentra reducida
a 10 trabajadores: liquidó a todo su personal, vendió todos sus activos y
todavía enfrenta una deuda de 192 millones de dólares.
La empresa como tal desaparecerá. Sin embargo, aún espera ganar, en los primeros meses de 2003 una demanda de más de 123 millones de dólares a la empresa que, considera, le causó su ruina: Western Star Trucks.
Esta empresa canadiense, en septiembre de 1999 había hecho a la compañía mexicana, un pedido de 9 mil camiones a entregar en 10 años, el mejor contrato que Dina había firmado en años. Western Star Trucks había sido, a su vez, comprada por Freightliner.
un contrato incumplido. Mauricio Mendoza, director jurídico de la empresa, indicó, sin embargo, que Dina no quebró "como tal, sino a consecuencia de la cancelación de este contrato que le habría permitido comercializar camiones en Canadá, Australia y Estados Unidos".
La caída de Dina se materializó en prácticamente dos años. El viernes pasado concluyó el plazo para que los principales accionistas recompraran las acciones que cotizaban en la Bolsa Mexicana de Valores, representativas del 45% del capital social. El precio pactado fue de 0.2187 pesos. Ya inició también el intercambio de acciones colocadas en Estados Unidos ADRs para venderlas en México, bajo el mismo esquema a los accionistas mayoritarios. Con ello, la empresa dejará definitivamente de ser pública para convertirse en privada y culminar su liquidación.
La historia de Dina se remonta a 1951, cuando Diesel Nacional inició operaciones; el accionista mayoritario era el gobierno mexicano. Se dedicaba a la producción de motores y ensamble de automóviles, camiones, y otros. En 1989 se privatizó y fue adquirida por Consorcio G Grupo Dina (1989).
Dina construía maquinaria y equipo, principalmente camiones pesados, tractocamiones, camiones, automóviles y motocicletas, la mayoría de ellos con tecnología propia.
A lo largo de los años, trabajó con FIAT (fabricaba un camión pesado con motor diesel, 1952), Renault (fabricar partes y ensamble de los autos de esa marca, 1960), comienza a producir los ómnibus Dina conocidos como delfines (1970). Los contratos previos terminaron.
Fue la década de los 90 el mejor momento de la empresa: cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores y en el NYSE y más aún... aprovecha los acuerdos comerciales de México y se lanza a otros mercados: Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Argentina, República Dominicana y Bolivia.
Y vino la cancelación, la abultada deuda por un bono colocado en NY por 164 millones de dólares, entre otras cosas, propició la venta de casi todos los activos de Dina, su planta de Ciudad Sahagún para pagar a sus empleados, etc. "La historia de una empresa mexicana que exportaba a 17 países, dijo, hoy vale cero".
La empresa como tal desaparecerá. Sin embargo, aún espera ganar, en los primeros meses de 2003 una demanda de más de 123 millones de dólares a la empresa que, considera, le causó su ruina: Western Star Trucks.
Esta empresa canadiense, en septiembre de 1999 había hecho a la compañía mexicana, un pedido de 9 mil camiones a entregar en 10 años, el mejor contrato que Dina había firmado en años. Western Star Trucks había sido, a su vez, comprada por Freightliner.
un contrato incumplido. Mauricio Mendoza, director jurídico de la empresa, indicó, sin embargo, que Dina no quebró "como tal, sino a consecuencia de la cancelación de este contrato que le habría permitido comercializar camiones en Canadá, Australia y Estados Unidos".
La caída de Dina se materializó en prácticamente dos años. El viernes pasado concluyó el plazo para que los principales accionistas recompraran las acciones que cotizaban en la Bolsa Mexicana de Valores, representativas del 45% del capital social. El precio pactado fue de 0.2187 pesos. Ya inició también el intercambio de acciones colocadas en Estados Unidos ADRs para venderlas en México, bajo el mismo esquema a los accionistas mayoritarios. Con ello, la empresa dejará definitivamente de ser pública para convertirse en privada y culminar su liquidación.
La historia de Dina se remonta a 1951, cuando Diesel Nacional inició operaciones; el accionista mayoritario era el gobierno mexicano. Se dedicaba a la producción de motores y ensamble de automóviles, camiones, y otros. En 1989 se privatizó y fue adquirida por Consorcio G Grupo Dina (1989).
Dina construía maquinaria y equipo, principalmente camiones pesados, tractocamiones, camiones, automóviles y motocicletas, la mayoría de ellos con tecnología propia.
A lo largo de los años, trabajó con FIAT (fabricaba un camión pesado con motor diesel, 1952), Renault (fabricar partes y ensamble de los autos de esa marca, 1960), comienza a producir los ómnibus Dina conocidos como delfines (1970). Los contratos previos terminaron.
Fue la década de los 90 el mejor momento de la empresa: cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores y en el NYSE y más aún... aprovecha los acuerdos comerciales de México y se lanza a otros mercados: Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Argentina, República Dominicana y Bolivia.
Y vino la cancelación, la abultada deuda por un bono colocado en NY por 164 millones de dólares, entre otras cosas, propició la venta de casi todos los activos de Dina, su planta de Ciudad Sahagún para pagar a sus empleados, etc. "La historia de una empresa mexicana que exportaba a 17 países, dijo, hoy vale cero".
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